“No podemos condenar el contrabando de productos que ingresan y tolerar los que salen”
Sebastián Acha, director ejecutivo de Pro Desarrollo Paraguay, afirma que los productos que salen ilegalmente del país –como la cocaína, los cigarrillos o las armas- deberían también ser condenados por la ciudadanía y el Estado.
Entrevista: Arístides Ortiz Duarte
Acha, doctor en derecho público y ex diputado por el Partido Patria Querida, lidera PRO Desarrollo Paraguay, una organización que desde hace 10 años investiga y estudia en el país la informalidad económica, la base de la economía oculta, la subterránea.
Según el Informe Economía subterránea 2023 elaborado por Pro Desarrollo, el 47,1% del Producto Interno Bruto (PIB) de Paraguay se produce y se mueve en la economía oculta, que puede ser legal e ilegal. Dentro de este porcentaje están los miles de millones de dólares que genera el contrabando duro de la cocaína, las armas, las drogas ilegales y los cigarrillos traficados por las organizaciones criminales, y que se lavan para que ingresen al sistema financiero local. También están las decenas de productos populares (aceite, jabón, azúcar, harina, pollos…etc.) y de lujo (joyas, ropas de marca, whisky…etc.) que ingresan ilegalmente al país y que forman parte del “contrabando hormiga”.
Acha sostiene en esta entrevista que el contrabando en Paraguay es un problema cultural, porque es una práctica que “atraviesa a todos los sectores socioeconómicos del país”.
Afirma que “…el crimen organizado es quizás la consecuencia lógica de una economía informal…”, y que “la informalidad crece por una escasa fortaleza institucional” del Estado.
Sostiene, además, que “se han perfeccionado maniobras que permiten la ‘inversión’” del dinero sucio proveniente de la economía oculta a través del sistema financiero formal, lo que revela “una falta de control adecuado” para prevenir el lavado de dinero.
El informe “Economía subterránea 2023” trae una conclusión reveladora: el consumo de los productos de contrabando que ingresan al país atraviesa todos los sectores socioeconómicos del país, revelando que es un mito la idea de que solo los pobres lo consumen ¿Qué factores tuvieron en cuenta para llegar a esta conclusión?
Conforme a los estudios de campo que realizamos – encuestas a compradores y vendedores de productos provenientes del contrabando – concluimos que el porcentaje de compradores de productos de contrabando es exactamente igual en diferentes niveles de ingresos (desde los más altos a los más bajos niveles de ingresos).
El 97% de los encuestados manifiestan que la motivación principal de la compra es el precio. Por lo que la premisa que a mayor capacidad económica existe una mayor conciencia sobre el cuidado de la cadena logística que deben guardar los alimentos fue desechada con los números recogidos.
La informalidad económica en Paraguay puede explicar el fenómeno de su economía oculta o subterránea, pero no la agota, porque hay otros factores como el crimen organizado (que ha crecido en los últimos años en Paraguay) que inciden poderosamente en ella. ¿Puede describir, en general, cómo se da esa incidencia del crimen organizado en la producción de la economía subterránea?
El crimen organizado es quizás la consecuencia lógica de una economía informal. La informalidad crece por una escasa fortaleza institucional.
En cuanto al tráfico de productos a través de los puntos fronterizos, revela que lo que más valor tiene es “la ruta”. Lo que cambia es el monto del “peaje”.
En la obra “Atlas de la Violencia de América Latina” del profesor Juan Mario Solís Delgadillo y el profesor Marcelo Moriconi, se describe con claridad que los “puntos calientes” de violencia proveniente del crimen organizado se concentra en los puntos fronterizos o puertos.
La debilidad institucional arriba mencionada se evidencia con el escaso nivel de cumplimiento de normas referentes al lavado de capitales – por ejemplo – proveniente de dichas actividades ilícitas.
América Latina registra el 36% de los homicidios a nivel mundial con apenas el 8,2% de la población global. Así mismo los países más violentos del mundo se encuentran en la región La principal causa de los homicidios guarda relación con el crimen organizado y se registran en los citados puntos “clave” de comercio “informal” o “ilegal”.
En la medida que los hechos se acercan a EE.UU., el principal mercado de las sustancias ilícitas de la región, éstos se caracterizan por su mayor violencia y crueldad, lo cual también está relacionado con el tráfico ilegal de armas y la tenencia de éstas por parte de bandas criminales.
El informe también revela el papel de las casas de cambio -sobre todo las asentadas en la frontera- en las transacciones para realizar el contrabando ¿Cómo se vincula el lavado de dinero, proveniente de actividades ilícitas como el tráfico de cocaína o de cigarrillo, con ese 47% de la economía paraguaya que está oculta y que es lícita e ilícita?
Se presume que el fin que persiguen las bandas criminales es amasar la mayor cantidad de dinero a través de las actividades ilícitas. Sin embargo, las restricciones crecientes para el uso de dinero en efectivo para determinadas transacciones obligan a que los flujos financieros ilícitos ingresen al mercado formal.
A partir de dicha necesidad se han perfeccionado – lastimosamente – maniobras que permiten la “inversión” de dichos fondos para determinadas actividades que usualmente carecen de control adecuado. Se destaca la construcción – con la expresa y obligatoria mención de aquellas empresas que trabajan de manera legal y transparente – en donde la “inversión en ladrillo” se posiciona como una de las preferidas actividades para el lavado de flujos financieros ilícitos. Esta es una práctica no solo nacional, sino que podemos verla hasta en ciudades de países del primer mundo.
El ícono internacional ha sido Miami en los últimos 30 años, por citar un solo ejemplo.
Varios políticos del partido gobernante y algunos economistas afirman que el contrabando que hace daño al país es el que entra, no el que sale hacia otros países ¿Qué opinión tiene?
El contrabando es una actividad ilegal, inconveniente y perjudicial para el país. No podemos condenar el contrabando de productos que ingresan y tolerar la misma figura para aquellas actividades que salen, que suponen una “exportación” indebida.
La misma actividad no puede ser calificada de forma diversa dependiendo si el país es el saliente o recipiente, independientemente de las responsabilidades propias de las autoridades y actores económicos de los países que puedan recibir los productos que partan del país de producción.
¿Cómo se puede controlar y proteger mejor al sistema bancario y financiero paraguayo de las acciones del crimen organizado que busca usarlo para blanquear sus activos en negro?
El Compliance (un conjunto de prácticas para el cumplimiento de normas) ha demostrado ser una herramienta muy útil para contrarrestar todo tipo de prácticas inadecuadas – no solo ilegales – dentro de las empresas. Los procesos de diligencia debida exceden el solo cumplimiento de las normas, sino que trabajan sobre los actores (empleados públicos, trabajadores del sector privado) en un proceso de introspección sobre la legalidad, legitimidad, conveniencia y consecuencias de cada acción realizada. De esta manera se evita la mera repetición de actos por la inercia comercial o burocrática y se pasa a analizar la causa y las consecuencias de los mismos.
La evidencia de que la compra-venta de productos de contrabando es transversal a la sociedad (un 68% ve el contrabando como positivo e indiferente), muestra que el contrabando es, más que un problema moral y económico, uno cultural ¿Con qué medidas concretas se puede abordar desde el Estado tamaño desafío para el cambio hacia políticas de Estado que combatan con eficacia el contrabando?
Las políticas públicas tendientes a combatir el contrabando se han centrado casi exclusivamente en la persecución y sanción. Es decir, medidas reactivas “ex post”.
La moderna ciencia económica, la economía del comportamiento (Behavioral Economics) por ejemplo, apunta a que los estímulos son complementos muy eficientes para lograr un comportamiento mucho más favorable para la sociedad.
Existen ejemplos interesantes en materia impositiva. Finlandia, Alemania y recientemente España, por ejemplo, han dispuesto la publicación de los deudores al fisco en una determinada fecha del año. Esto lo hicieron a partir de los estudios del Premio Nobel de Economía Richard Thaler quien determinó la existencia de un “sesgo de pertenencia” en la actividad neurológica humana. Esto es, el deseo innato de las personas de pertenecer y ser aceptado por el grupo social. Al momento de evidenciar la inconducta, el infractor se siente compelido a cambiar su comportamiento a fin de pertenecer al grupo que realiza lo correcto, lo cual se convierte en una mayor recaudación fiscal para el gobierno.
¿Y desde la sociedad civil, qué acciones concretamente se pueden realizar?
Años atrás, y en base a los avances de la neurociencia, habíamos propuesto desde PRODESARROLLO establecer campañas de concientización en materia de corrupción o deshonestidad en general.
Estudios llevados adelante por el Psicólogo Dan Ariely en la universidad de Duke, revelaron que la simple advertencia sobre la prohibición de determinadas inconductas en lugares de exámenes, en los comedores y en general lugares de espacio común, disminuía significativamente la inconducta de los alumnos participantes de tales experimentos.
La sociedad civil podría llevar adelante esta campaña de “carteles” en instituciones públicas y privadas con leyendas que parecerían obvias, pero que, al momento de su lectura, generan “conciencia” sobre las consecuencias de las acciones eventualmente ilegales o deshonestas de los actores sociales. Parecería una insignificancia como acción, pero su impacto está científicamente demostrado y, por cierto, es mucho más barato que hacer funcionar instituciones públicas “de control” que aparte de onerosas suelen ser sumamente ineficientes.